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Propuesta para el Concurso “Allariz, a beleza que inspira”



Festival Internacional de Xardíns de Allariz, 2013

                                                            Propuesta para el Concurso “Allariz, a beleza que inspira”

                                                                                 EL COLOR QUE INSPIRA

                                       
Con motivo de la convocatoria de 2013 al concurso de diseño de jardines del Festival Internacional de Xardíns de Allariz, cuya temática responde al eslogan “Allariz, beleza que inspira”; presentamos nuestra propuesta titulada “El color que inspira”.
El color que inspira es el color de otoño, la primavera, el verano  y el invierno.
 El color de la riqueza  de la flora vegetal que conforma el paisaje de la villa de Allariz.  Resulta muy satisfactorio para el foráneo, que con un solo vistazo panorámico del entorno, se aprecie la belleza de la extensión vegetal que avanza sin interrupción a lo largo de sus valles y laderas. Pero esta continuidad se ve suavemente interrumpida por la variación en los colores de la naturaleza, que en sí misma, y de forma intermitente, es capaz de ofrecernos un espectáculo para la vista, distinto en cada visita.
Bajo esta reflexión, se busca una manera de condensar en un espacio de ensayo un observatorio que permita al visitante palpar éste fenómeno tan sencillo y a la vez con tanta sensibilidad.  El estudio y análisis de la flora autóctona se traducirá en una intencionalidad en la ordenación y clasificación de las especies vegetales, aprovechando la variedad cromática que ofrece la naturaleza, y aún más, la cualidad de las plantas para variar su apariencia según la época del año. Por lo tanto, el proyecto desarrollará un jardín basado en la observación en materia cromática de las distintas especies vegetales que en éste se expongan.
Se genera así un paisaje cambiante. La forma de exposición de las plantas, árboles y arbustos, al tener en cuenta la variación de sus tonalidades y formas; generarán relaciones de fusión y contraste de coloración entre unas y otras.
La distribución de las plantas tiene como objeto generar sensaciones de contraste y fusión del color, aprovechando la cualidad que poseen las plantas para variar su aspecto según se en Primavera, Verano, Otoño o Invierno.
A modo explicativo, se esquematizan las especies empleadas en el jardín según sea su apariencia en las distintas estaciones, para provocar en el visitante sensible una curiosidad por visualizar los paisajes que se generarían según qué fecha y entre qué diferentes especies.
La relación de plantas, árboles y arbustos que se someten a observación son los siguientes:
- Lavandula Stoechas Pedunculata (cantueso o tomillo borriquero)
- Photinia Fraseri (Photinia)
- Acer Palmatum “Garnet” (Arce enano o  Arce palmado púrpura)
- Hakonechloa Macra  (Aureola)
- Toona Sinensis (Flamingo)
- Corylus Máxima Purpúrea (Avellano púrpura)
- Helichrysum Italicum (Curry o siempreviva del monte)
- Miscanthus Sinensis Silberfeder (Pasto plateado)
- Hebe Pinguifolia (Hebe)
- Santolina Chamaecyparissus (Abrótano hembra)
- Ceanothus Prostatus
- Tamarix Gallica (Taray o taraje)
- Gleditsa Triacanthos “Sunburst” (Acacia de tres espinas o robinia de la miel)

Resulta  indiscutible proponer recorridos específicos para cada estación del año, los cuales ofrecerán paisajes distintos y exclusivos en cada fecha. De esta forma, la intervención arquitectónica consistirá en la depresión  de los senderos o caminos, creando taludes que contienen el terreno, y así aislar  visual y momentáneamente del resto de la intervención.  De esta forma se acerca al usuario a los elementos vegetales de forma individual.
Se genera un laberinto de senderos que recuerdan a las callejuelas del casco histórico de la villa de Allariz; por eso la primera idea fue crearlos de algún material pétreo, que aportase ese peso y profundidad de un entramado urbano medieval. Aunque finalmente, y por motivos de coste material y de ejecución, se opta por realizarlos de madera, que aunque no aporta el “peso” de la piedra o el hormigón, sí da una sensación de robustez ,profundidad y continuidad a lo largo de los senderos del recorrido.
Se crean así unas “pausas” en el camino, más abrigadas, que contienen lugares de encuentro y reposo; con una escalinata donde sentarse y charlar; o unos saltos entre rutas en forma de bancales en los que el usuario también pueda relajarse observando el cambiar del jardín.

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